En concreto la música es la mas abstracta de las artes, pues esta se aleja del espectáculo fenomenológico y se sitúa en un plano temporal y el tiempo es un proceso mental, por lo que, en cierto modo, podría decirse que la música se encuentra mas en nuestra cabeza que en cualquier otro lugar. Siendo así la música la mas abstracta y visceral de las artes, se convierte así en el arte mas capaz a la hora de plasmar el ambiente de una época, es toda una mezcla de todos los distintos estados de ánimo por los que hemos pasado en nuestra historia. El camino del músico es un camino angosto y estrecho, húmedo y oscuro; donde las astillas se sacan poco a poco algunas veces y otras, de manera brusca y descuidada; distintos medios que buscan un único fin: evitar el dolor. De todas formas esa expresión desinhibida ayuda al artista, junto con su capacidad, a deshacerse de todo lo superfluo de nuestra condición animal y elevarse a un nivel mas espiritual y sobre todo irreal.
Antes de dar paso al disco de esta semana, y después de esta aburrida reflexión me gustaría introduciros, aun mas si cabe, y de una manera muy superficial en el resultado final de un proceso breve, pero desde luego intenso y lleno de cambios; un proceso que comienza en 1995, el año en que Radiohead publicó su segundo disco, ya después de haber saltado al panorama internacional con Pablo Honey, y un año después de la muerte de Kurt Cobain, el comienzo del decaimiento del Grunge.
A lo largo de la última década y la que la precedió, el panorama musical nos ha mostrado un valle incierto lleno de muchos grupos que estaban formados por gente que iba por allí de pasada; sin embargo, también hubo otros tantos que dejaron huella y algunos de ellos bastante sobresalientes, llegando incluso a la cima de lo que cualquier músico o artista puede aspirar: la eternidad. Radiohead se ha convertido con creces en uno de esos grupos y Thom Yorke, a mi modo de ver, en un dios de la música. Durante este tiempo Radiohead tiene ya 8 discos a sus espaldas y Thom Yorke uno en solitario y otro, el disco del que hoy se habla, con un nuevo supergrupo formado por Thom Yorke, Flea (bajista de los Red Hot, ni mas ni menos) Nigel Godrich (productor de Radiohead), Joey Waronker (su madre le conoce) y Mauro Refosco (productor de R.E.M, Johnny Cash, Paul McCartney y Nelly Furtado). Es un grupo del que ya se sabía hace tiempo y del que se esperaba un nuevo disco por estas fechas. Se llaman Atoms for Peace y su álbum ha sido bautizado con el nombre de Amok (haciendo referencia al síndrome de Amok).
El disco tiene un sonido que sigue la línea de The Eraser, muy electrónico y rítmico, ya se sabe que Yorke es de los pocos que hoy en día aprovechan los nuevos medios para hacer una música interesante. No voy a comentar todas y cada una de las canciones porque cada una de ellas encierra una verdad distinta según el que las escucha, pero si voy a poner la canción que da inicio al disco, no es mi favorita pero es perfecta para meterte de lleno.